El alcoholismo afecta a gente de toda condición: jóvenes y viejos, ricos y pobres, cultos e ignorantes, obreros y profesionales, amas de casa y madres. Solamente de un tres a un cinco por ciento de los enfermos alcohólicos son personas vagabundas o desamparadas; el resto conserva su familia, amistades, empleo, y lleva una vida relativamente correcta; pero su forma de beber afecta su vida familiar, social, laboral, o bien las tres cosas juntas. Los enfermos alcohólicos son aquellas personas que tienen problemas continuos y cada vez mayores en cualquier aspecto de su vida a causa de la bebida.